
Factores racionales
Estos factores
son los más evidentes, se basan en el comportamiento racional del consumidor,
sobre el modo de pensar y de decidir de manera lógica. Los factores individuales
o colectivos más relevantes que condicionan la decisión de compra son los
siguientes:
Marca. Se trata de consumidores que
compran una prenda influenciados por la marca de un diseñador o de una empresa
productora.
Calidad. Los consumidores también están
atentos a la certificación de calidad de la prenda, tanto si corresponde a una
marca de diseñador como de fabricante.
Diseño. El diseño constituye en la moda
una importante motivación de compra y consumo; en una prenda de vestir los
consumidores valoran aspectos estéticos como la línea, el look, la silueta de
una prenda, etc.
Tejido. Condiciona el valor, el estilo
y la calidad de la prenda.
Talla. Se trata de consumidores que
compran una prenda porque la talla que la caracteriza se adapta perfectamente a
su contorno.
Confort. Los consumidores desean
prendas confortables que satisfagan sus necesidades específicas: frescas en
verano, cálidas en invierno, cómodas para andar, viajar o trabajar, etc.
Utilidad. A menudo, los consumidores de
vestuario buscan prendas que sean combinables con otras que ya existen en su
guardarropa. También eligen vestidos teniendo en cuenta aspectos como durabilidad
o facilidad de mantenimiento. Actualmente, la ropa deportiva (en su origen,
artículos de utilidad) domina en el segmento de prendas para los momentos de
ocio, convirtiéndose en un claro indicador de salud y energía juvenil.
Novedad. Los seguidores de la moda
encuentran en la novedad un gran estímulo, renuevan cada temporada su vestuario
y buscan la innovación para su forma de vestir.
Precio. El consumidor valora
normalmente el mejor producto al mejor precio; por tanto, desea comprar una
prenda a un precio justo, ni alto, ni bajo. En este sentido, la psicología del
consumidor lleva a valorar un producto de precio bajo a aquel que está fuera de
moda. La aceptación de un producto se dará en el caso de que se produzca un
equilibrio entre el precio de la prenda y lo que el consumidor está dispuesto a
pagar por ella.
Punto de venta. Muchos consumidores se
sienten atraídos e influenciados por el punto de venta, por la atención del
personal de venta, por el servicio, etc. a la hora de comprar un artículo de
moda.
Factores emocionales
La moda se
basa en emociones, en ser estéticamente bello, en conquistar o emular; estos
factores están en la base de los sentimientos y emociones de los consumidores.
De entre ellos, se puede destacar:
Deseo de ir a la moda. Se trata de
consumidores que compran artículos de moda porque quieren estar al día, ser
modernos y actuales; renovar su vestuario no solo es una necesidad, constituye
un placer que le ayuda a vivir con optimismo.
Placer personal. Es en el ámbito del
lujo donde los productos de moda tienen un gran contenido de placer personal
pues trascienden a la existencia cotidiana. Además, son artículos escasos,
limitados o restringidos y esto les confiere un poder cautivador de necesidad,
aunque no lo sean estrictamente para vivir.
Reconocimiento. Muchos consumidores
adquieren productos de moda para transmitir una imagen de éxito personal y de
reconocimiento social, más allá de la simple atracción personal.
Influencias personales. A menudo, los
consumidores se dejan influenciar por los líderes de su entorno más inmediato (familia,
amigos, etc.), por los líderes de opinión o por los prescriptores y compran
productos de moda para imitarlos. En la publicidad de vestuario deportivo, por
ejemplo, las grandes marcas del sector como Nike o Adidas utilizan la imagen de
deportistas que han triunfado en sus disciplinas deportivas, con objeto de
influir en el comportamiento de compra del público juvenil, que se deja seducir
por estos iconos mediáticos del deporte.
Diferenciación simbólica. Hay
consumidores que utilizan el vestido para diferenciarse
y reconocer un
estatus profesional, una afiliación religiosa, nivel social o estilo de vida.
Por ejemplo, el uniforme es una expresión de autoridad y ayuda a quien lo viste
a destacar entre una multitud.
Afiliación social. Algunos consumidores
visten de modo parecido para pertenecer a un grupo o van elegantes y a la moda
para ser mejor aceptados por quienes les rodean: amigos, compañeros de trabajo,
etc. En algunos casos, el vestido es una afirmación de rebelión contra la
sociedad o la propia moda.
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